Con la llegada de los dos meses del verde, a partir de la luna nueva de octubre y después de la observación de los sacerdotes para determinar el momento propicio, en los últimos días de noviembre, dentro del calendario agrícola de los antiguos acontecía el ritual de la apertura de la siembra o Tabordo.
Previamente, desde la última luna nueva y por espacio de veintidós días, el ganado sagrado de cada comarca se había desplazado a los campos consagrados a la deidad y que eran utilizados para hacer la apertura de la primera siembra.
En esos días el ganado estabulado en esas tierras preparaba el terreno con sus deposiciones y el constante pisoteo de las patas. Las maguadas, las encargadas de guiar este acontecimiento del calendario agrícola, durante esos veintidós días antes del anochecer y las que estaban en el periodo menstrual, se paseaban por el campo para vitalizar con su sangre el lugar.
El vigesimotercer día se retiraba el ganado de las tierras y a la caída de la noche, un Samarin precedido por seis maguadas y seis cancos se daban cita al anochecer antes de la media noche. El Samarin marcaba el comienzo del ritual. Los cancos provistos de cuernos ensartados en palos, iban practicando agujeros en la tierra con el cuerno, posicionandolos en zigzag, mientras las maguadas con las semillas de cebada iban depositando en cada agujero tres semillas, dos por los vivos y una por los antepasados.
Mientras realizaban esta tarea, las maguadas iban cantando “endechitas” cantos que se utilizaban en estas ceremonias, tendentes a buscar el favor de las divinidades para que hicieran fecunda la siembra e hicieran germinan con su concurso la simiente.
Uno de estos cantos y que posiblemente fuera una letanía muchoUno de estos cantos y que posiblemente fuera una letanía mucho más amplia, nos la transmitió Seña María Armas en 1998 y que era utilizada con el mismo fin, la siembra más amplia, nos la transmitió Seña María Armas en 1998 y que era utilizada con el mismo fin, la siembra.
“Guaxate hequei adei acharan afaro yafana haxaran”
“Señor, cuida el grano bajo tierra para que crezca”
Después de acabado el ritual, desde cada comarca sonaban los bucios anunciando la apertura del Tabordo, avisando a los distintos auchones que podían dar comienzo a partir de ese momento y por espacio de nueve días a sembrar las semillas que se habían entregado en la festividad del Achun Magec a cada auchón (21,22,23 y 24 de Junio).
Cada auchón repetiría durante esos nueve días el rito de la siembra contando con el favor de la divinidad para su germinación, hasta el 21 de Marzo equinoccio de primavera, donde con la siembra ya en pleno crecimiento, se llamaba a los maxios de los antepasados para que nos ayudaran a cuidar las cosechas, acontecimiento que se prolongaba hasta el 21 de Junio festividad del Achun Magec donde se les despedía y daban las gracias hasta el siguiente ciclo.
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